Nuestras televisiones consideran que para deleitarse con
buena música en directo es condición sine
qua non ser trasnochador o
directamente insomne. Por lo que hay que
tenerle mucho amor a la música sin trampa
ni cartón - la otra sí que la pasan en prime
time - para disfrutar de lo que nos ofrecen en esos horarios tan
intempestivos.
Me ocurrió hace un par de años que de repente, a esas horas,
una voz y un piano captaron mi atención de tal forma que creo que nunca un
madrugón me ha sido tan productivo y placentero. Me topé con una banda con un
nombre que lo mismo evocaba magia medieval que a un personaje mafioso de los
bajos fondos: Morgan, un nombre
fácil de pronunciar y recordar, que es lo que realmente ellos iban buscando. Y
esa voz, que amenazaba con romperse en pedazos cuando menos te lo esperases, era
la de Carolina de Juan.
A punto de emigrar al país de los tulipanes, Nina mostró sus composiciones a Paco y Ekain, guitarrista y batería respectivamente, que entendieron al
instante que merecía la pena montar una banda que las arropase y convencer a
esa joven con ansias de aventura de que aplazase su viaje. Meses más tarde, con
un solo disco bajo el brazo y currándoselo concierto a concierto – y sin ayuda
de ‘operaciones triunfalistas’ ni
reclamos eurovisivos - , comenzaron un ascenso que les ha colocado en un lugar
privilegiado del rock patrio.
Nina canta a las emociones - le da igual que sean negativas
o positivas - como pocas voces de nuestro país pueden conseguir, y ya lo hacía en
ese disco debut, "North",
una cuidada producción con la que el mundo conocía sus apasionantes
composiciones. Y justo ahora, sin haber
terminado la gira del disco anterior, se descuelgan con una nueva tanda de
canciones que vuelven a dejarme desarmado. Difícil definir todo lo que encierra
este ‘Air’, porque desde su inicio
"pinkfloydiano" emprendemos
un viaje que nos pasea por el rock, el soul y el rhythm´n´blues de tal forma
que, por momentos, parece que los Wilco
hayan resucitado a Janis Joplin para cantar con ellos, o que la E Street Band hiciese lo propio con Etta James.
Sus canciones nos hablan del planeta, de la emoción de las
giras y la carretera, de ausencias, de no temer a ser feliz o de no querer
casarse. Canciones que suben, bajan, explotan, ríen y lloran. Solo nueve temas
- ¿hacen falta más? – que no sabíamos que eran tan necesarios hasta que no los
hemos escuchado.
Desde aquella noche de hace dos años fantaseo con encontrar a otros Morgan en la madrugada. Por lo pronto a ellos ya se les puede escuchar a plena luz del día. Disfrutémoslos mientras nos dejen.
Desde aquella noche de hace dos años fantaseo con encontrar a otros Morgan en la madrugada. Por lo pronto a ellos ya se les puede escuchar a plena luz del día. Disfrutémoslos mientras nos dejen.
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