martes, 15 de mayo de 2018

De los libros se aprende


De los libros no se aprende…’, decía una canción de los Jarabe de Palo de principios de este siglo, quizás con un punto de sarcasmo – espero que sí – pero no puedo estar más en desacuerdo. Como melómano y músico – actividades compatibles aunque no siempre coincidentes – reconozco que sobrecargo de faena mis tímpanos, pero cada día encuentro siempre un hueco para incrementar mis dioptrías. Esto viene a que habitualmente escribo sobre sonidos pero hoy hablaré de letras. Tiene truco, porque la cosa va sobre la gran cantidad de músicos que existen en nuestro país. No me refiero a esos que inundan nuestras televisiones - algunos ‘bodrio-concursos’ aún resuenan en mis maltrechos oídos -, más pendientes de arrumacos que de las propias melodías. Me refiero a esos héroes, casi siempre anónimos, que luchan día a día por sobrevivir en un país en el que cuando decides dedicarte a la música de inmediato te preguntan “pero aparte de eso, ¿qué vas a estudiar?”. Como si el noble arte del aporreo del instrumento no fuese lo suficiente complejo de dominar y tuvieses que añadir más ingredientes a la olla.
Pues Antonio Cortés, que es un ingeniero soriano a quien hace muchos años le regalaron una cassette con jazz clásico que le hizo comenzar su idilio con esta música, empezó a preocuparse de que toda esa pléyade de instrumentistas patrios tuviesen algo más de visibilidad. Y aprovechando su reciente jubilación inició su proyecto con fuerza e ilusión. Ayudado por las redes sociales – que bien usadas son una gran herramienta para el ser humano – y los propios protagonistas, ha ido recopilando la vida y milagros de más de quinientos músicos de jazz ‘made in Spain’.
Yo me entero precisamente así de su cruzada, sorprendiéndome que alguien se preocupase por añadir unas líneas sobre mí en un entonces proyecto de obra, y aunque estuve tentado de contestar que no merecía yo tal honor, al final ganó mi orgullo y accedí a enviarle mi modesto curriculum musical. Cuando recientemente abrí las páginas de “Jazz en España” y comencé a ojearlo, no pude por más que tragar saliva e intentar no sonrojarme demasiado al verme aparecer junto a muchos de mis grandes ídolos – Montoliu, Iturralde, Pardo, Salvador, Mezquida o Bover – algunos lamentablemente desconocidos para el gran público - , y formar con ellos parte de la historia de esta bella música.
En breve Antonio visitará nuestra tierra presentando a la criatura, así que no hagamos mucho caso al Donés – quien, por cierto, acabó escribiendo el propio - y demostremos que en Almería si aprendemos de los libros.

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