martes, 2 de octubre de 2018

El secreto de Apolo


Nadie conoce la fórmula para componer una canción de éxito. La piedra filosofal en el mundo de la música es casi más codiciada que la verdadera, ya que convertir un disco en oro es algo anhelado por muchos, pero por pocos conseguido.
Pero si hablamos de fórmulas, en nuestro país hubo una banda que durante unos años parecía conocer la pócima ultra secreta con la que cocinar esos ingredientes que hacen que una melodía se te quede incrustada en la sesera para toda la vida. Imagino que sabéis que hablo de Fórmula V.
¿Alguien llega a la playa buscando el sol y no tararea Eva María?. ¿De verdad que no os acordáis de Blas – no la ‘pareja’ de Epi, el otro – cuando salís algo perjudicados de una fiesta?. Y ¿a quién no se le eriza la piel añorando a un ser querido nada más escuchar los punzantes acordes de clavicordio de Cuéntame?
Pero hoy me apetece fijarme en otras canciones. Sería injusto llamarlas las perdedoras, pero son algunas que, siendo tan interesantes o más que los ‘hits’, quedaron escondidas en cada uno de sus discos, editados desde 1968 hasta su pronta disolución, en pleno éxito, en 1975.
Hablo de canciones como la cara B Vuelve a casa, versión del Come Home de los Dave Clark Five, o la psicodélica Jenny Artichoke, de los Kaleidoscope, ambas adaptadas al castellano por Paco Pastor, voz y cara conocida de un conjunto - así se les llamaba entonces - formado por magníficos músicos, como el guitarrista Quino de la Peña, el bajista Mariano Sanz - escuchad los bajos de Fórmula, hacedme caso - , el batería Tony Sevilla y el teclista Amador Flores.
Importantes también los inventores de muchos de sus éxitos, la dupla Armenteros / Nieto, que fueron los Lennon / McCartney del pop español. Precisamente del segundo es una balada, Solo sin ti, que merece ser reivindicada. Hasta Pastor hizo sus pinitos como compositor, con canciones como la sinfónica Recuerdos, en su tercer disco. Y en ocasiones abordaban el rock más gamberro, casi 'stoniano', con temas como Ha pasado el tiempo o Corazón solitario.
Pero si una canción me ha dejado boquiabierto en este repaso al corazón del pop patrio ha sido El hombre de poligoma, un blues surrealista compuesto para ellos por el humorista conocido ahora como Pepín Tre, con quien Paco, tras la ruptura de la banda, formó un reivindicable dúo, de tanta calidad como poco reconocimiento, llamado Don Francisco y Jose Luís.
Comencé diciendo que quizás Formula V poseyeron las claves para el éxito, porque está claro que lo lograron en muchas ocasiones, pero creo que, hoy por hoy, sigue siendo el secreto mejor guardado del dios de la música.


No hay comentarios:

Publicar un comentario