Decía el veterano Ariel
Rot en una imaginaria conversación con el gran Sinatra, que ‘al estilo lo
llevaron detenido y la elegancia ahora viaja en ambulancia’, lamentándose
por la deriva de la música popular hacia derroteros que, hoy en día, podríamos
asociar a los ‘triunfitos’ y al ‘reggaetoneo’, pero que lleva décadas
atosigando los oídos de los que crecimos con una cierta sensibilidad artística.
A principios de los ochenta un joven técnico de sonido
madrileño, Ricardo Hernández ya tuvo
que sufrir en sus carnes esa deriva hacia lo hortera y lo banal, esa pérdida de
sensibilidad que representaron gran parte de los sonidos que nos invadieron a partir
de esos años. El arte musical, en poco tiempo, se había convertido en un frio
negocio en el que las decisiones eran tomadas por orondos señores encorbatados
y donde, frente a las corcheas y los
acordes, lo primordial era el capital y las listas de éxitos.
Seguro que en esa época, soportando sonorizar a bandas de
músicos que apenas sabían tocar su instrumento pero que grababan discos y se
hacían de oro, se le reafirmó aún más su pasión por la verdadera buena música,
la que finalmente pasa a los libros de historia, donde en la actualidad nombres
como Keith Emerson, Rick Wakeman o Roger Waters ya se codean sin rubor alguno con Beethoven o Charlie Parker.
En la música, tan importantes como los creadores son los
divulgadores. Son los agentes comerciales de lo artístico. El divulgador no
critica sino que focaliza su energía en mostrar las bondades de lo que ama,
ignorando aquello que no le provoca satisfacción, pues su objetivo es
transmitir a los demás lo que le parece hermoso. Y en ese noble oficio es donde
destacan Ricardo y el proyecto Subterranea,
del que es fundador.
Las nuevas formas de comunicar están haciendo renacer el
gusto por lo radiofónico, con la comodidad que da el sistema de podcasting, y en esa fortaleza se
apoyan, desde hace ya nueve años, unos locos aficionados al género del rock
progresivo, atesorando tanto entusiasmo como conocimientos y demostrando que,
en contra de lo que muchos piensan, el prog
nunca murió, y además está en muy buena forma.
Especiales sobre bandas míticas, reseñas sobre discos
actuales, descubrimientos de rarezas y, muy importante, buen ambiente mezclado
con sentido del humor, es lo que transmiten el Sr. Hernández y sus compañeros
de Subterránea Radio. Y, por si
faltase algo, acaba de editar un libro en donde se recopilan muchos de estos
conocimientos y sensaciones: Rock
progresivo para novatos. El próximo viernes se presenta en la Librería
Picasso. No me faltéis.
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