La mayoría de premios y
reconocimientos vienen acompañados de cierto porcentaje de sospechas o
envidias, por lo que es inaudito cuando sobre el premiado cae el peso de la unanimidad;
hace unos días mi amigo Chipo Martínez
recibió el Escudo de Oro de la Ciudad de Almería y me atrevería a asegurar que ni
una sola voz en desacuerdo se ha alzado ante tal reconocimiento. Y todo tiene
su explicación.
Si a Chipo tuviese que definirlo
con una sola palabra esa sería bondad. Y ello habiéndose movido desde su
juventud en un mundillo artístico en el que, tarde o temprano, alguna
zancadilla te acaban poniendo. Desde que fue mozalbete y cayó rendido por los
lejanos ecos de la beatlemania que
llegaban a Almería, Don Joaquín (si, muchos no sabréis que ese es su verdadero
nombre) posiblemente ha pisado más escenarios que Keith Richards y Paul
McCartney juntos. Grandes, medianos y pequeños. Su pericia, buen hacer y el
codearse con grandes músicos de nuestro país no han impedido que su ranking en
la BBC —bodas, bautizos y comuniones— sea más que abultado, pero puedo asegurar
(porque lo he vivido junto a él) que su entusiasmo cuando el show comienza es
exactamente el mismo en un gran teatro que en el más infecto garito.
Todos recordareis su etapa en los
Teddy Boys, pero no tengo espacio
para enumerar las formaciones a las que ha pertenecido. He tenido el privilegio
de compartir con él muchas horas de escenario, ensayos, viajes, charlas —un
rato de conversación con Chipo debería estar recetado por la Seguridad Social—,
y también algunos ratos complicados. Jamás le he visto una mala cara. Siempre «positifo», nunca «negatifo».
Ha tocado con todos, ha ayudado a
cada músico almeriense que lo ha necesitado y se ha ganado el cariño y el
respeto de sus colegas, de su público, de su ciudad. Su nombre, como ejemplo de
concordia, buen hacer y profesionalidad, debería quedar grabado en ese escudo a
partir de ahora.
Nada más recibirlo soltó la
cinematográfica frase ‘¿Qué he hecho yo
para merecer esto?’. Y yo le contesto: ‘Amigo
Chipo, ser tú mismo, ¿te parece poco?’.
No hay comentarios:
Publicar un comentario