martes, 30 de abril de 2019

Abandonar las fresas


En la historia de la música algunas bandas logran mantener a su equipo inicial hasta el final de sus días, solo truncado por la visita de la dama de la guadaña a alguno de sus miembros o, sencillamente, por la extinción de la sociedad en sí.
Ahí tenemos a The Beatles, The Who o Queen, formaciones en las que es sencillo recitar los nombres de sus miembros principales porque, básicamente, siempre fueron los mismos. 
La banda de la que hablo hoy es un ejemplo de todo lo contrario. The Strawbs se fundó a mediados de los sesenta por un par de chicos del barrio de Strawberry Hill de Londres, Tony Hooper y el único de sus miembros que permanece, Dave Cousins. Su historia ha estado marcada tanto por la excelente música que produjeron como por una triste palabra: deserción.
Me faltaría espacio para nombrarlos, con el ir y venir de instrumentistas que han ido pasando por sus filas. Y algunos de ellos usando a esta banda de culto como trampolín para sus éxitos posteriores en formaciones de más enjundia.
Caso de la cantante Sandy Denny, que tras solo una grabación los abandonó por los míticos – entonces no lo eran tanto – Fairport Convention, e inició una corta pero fructífera carrera como referente del folk rock británico, truncada por un accidente doméstico. 
Superaron esta primera fuga grabando su disco homónimo en el 69, una fascinante joya del folk rock psicodélico. Pero tras su segundo y también estupendo Dragonfly, tomaron ‘las de Villadiego’ su contrabajista y violonchelista dejándolos, paradójicamente, en una grave situación.
En su ayuda acudió un jovencito teclista de sesión llamado Rick Wakeman, y fue en el disco From the witchwood (1971) donde destacó su virtuosismo de tal forma que llamó la atención de los miembros de Yes, banda que en poco tiempo sería referencia del progresivo mundial. ¿Lo adivináis? Se largó con ellos, por supuesto.
En mi disco favorito, Grave new world, militó Blue Weaver como teclista, y no hace mucho en estas mismas líneas contaba la historia de la resurrección de Bee Gees y su conversión a la disco-music. No hace falta que diga que Blue también los abandonó para unirse a los hermanos Gibb. Aun así, Cousins – cuya voz muchos confunden con la de Cat Stevens - logró conformar, con los que se quedaban, una carrera interesante que comenzó por el bluegrass, pasó con mucho estilo y elegancia por el folk rock, incursionó con contundencia en el progresivo y se mantiene hasta nuestros días fabricando canciones siempre interesantes. Todo un ejemplo de empresario que tiene fe en su proyecto hasta el final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario