miércoles, 24 de agosto de 2016

Dónde estabas entonces...: Sting, un puntual inglés en Almería

CONCIERTO DE STING: 06-08-1993

Sting, un puntual inglés en Almería

El famoso cantante, bajista y compositor de The Police, ya en solitario, recalaba por nuestra ciudad el seis de agosto de 1993, rodeado de una expectación bien merecida.

Conforme nos acercábamos por la Avenida del Mediterráneo se escuchaba de lejos la melodía de 'If I Ever Lose My Faith In You', el tema que Sting había editado como single del disco que presentaba, y que las emisoras locales radiaron sin parar en la última semana. Lo primero que pensé fue en lo inapropiado de que, en los momentos previos al concierto, sonase por megafonía un tema que con seguridad iban a interpretar. Pero no, era la banda del músico inglés, que ya había empezado a tocar. Mi reloj marcaba las once menos cuarto, aunque el concierto comenzaba a las 23:00 horas de forma oficial. 
Error de organización o empeño del músico, una cosa es la puntualidad británica, digna de elogio, y otra adelantar el comienzo del evento y provocar que algunos que llegan con tiempo se pierdan una parte del espectáculo. Lamentablemente, es lo primero que viene a mi memoria del día que Sting aterrizó en Almería, en una gira mundial que llegaba a España tras recorrer Italia y de camino a Francia.
Mi recuerdo más antiguo de Sting se remonta a mi adolescencia, cuando unos cuantos amigos nos reuníamos habitualmente en la puerta de la desaparecida tienda de la Rambla Alfareros, 'Discos Merrey'. Allí escuché por primera vez 'Walking on the moon', esa subyugante melodía con exótico ritmo que después descubrimos que derivaba del reggae jamaicano.
El segundo disco de The Police, 'Reggatta de Blanc', entró con fuerza en nuestro país, y durante algunos años no dejamos de asombrarnos con la frescura y originalidad de tres rubios que nos hablaban de mensajes de amor en botellas, prostitutas llamadas Roxanne, o simplemente nos divertían con estribillos dignos de guardería. ¿O no habéis tarareado nunca 'De do do do, de da da da'?
Tras la fama estratosférica que alcanzó la banda, y quizás tan borrachos de éxito como lo estaban The Beatles en el 70, decidieron separarse, y aunque las carreras de Copeland y Andy Summers han sido interesantes, no dudo en afirmar que la más apasionante y exitosa ha sido la de Sting.
Sorprendió con un disco debut que mezclaba magistralmente el pop con el jazz, 'The Dream of the blue turtles', con músicos como Branford Marsalis, Kenny Kirkland, Omar Hakim y Darryl Jones conformando su banda. Tras ese vino otro más exitoso, 'Nothing like the sun', y el triste 'The Soul Cages', influenciado por la pérdida de sus padres. El cuarto, 'Ten Summoners Tales', que presentaba en nuestra ciudad, llevaba yo disfrutándolo unos meses sin saber que iba a poder también presenciar su directo.
Pero volvamos al concierto. El sonido fue bastante aceptable y la banda era magnífica. Solo cuatro músicos sobre el escenario, pero bastaban para alternar entre sutileza y contundencia, según el momento. Además del propio Sting al bajo y voces, en la batería estaba el genial Vinnie Colaiuta, cuyo currículum es tan amplio que acabaría antes mencionando con quién no ha tocado. En las guitarras Dominic Miller, argentino y mano derecha de Sting desde principios de esa década, y David Sancious en los teclados, un tipo al que lo mismo encuentras en un disco de Springsteen o Peter Gabriel, que tocando con Stanley Clarke. Ese era el nivel.
Sonaron varias del disco que presentaba, como la ya célebre 'Fields of gold', la deliciosa 'Seven Days' o el potente 'Saint Augustine In Hell'. También algunos éxitos de su breve, hasta ese momento, pero intensa carrera en solitario, como 'Englishman in New York' o 'Fragile' y, por supuesto, algunas de la banda que lo encumbró, como la edulcorada 'Every Little Thing She Does Is Magic', ese puñetazo semi punk llamado 'Roxanne', la eléctrica 'Synchronicity II' o la mítica 'Bring on the Night'. Y no faltó la paradójica 'Every Breath You Take', canción tan oscura en su letra como alegre en su música.
Hubo gran despliegue de la prensa local esos días; este mismo periódico llegó a editar unas páginas especiales y recabó la opinión de algunos expertos músicos y amigos, como Chipo Martínez o Rodolfo Miranda, que trazaron semblanzas del protagonista de forma muy acertada.
Finalmente, el esperadísimo concierto de Sting en nuestra Almería de principios de los noventa no estuvo exento de polémica, como también se reflejó días después en las páginas de este mismo rotativo: el concierto generó pérdidas y los de un bando se lo echaban en cara a los del otro. No ha cambiado nada desde ese agosto del 93. 
Bueno, algo sí: en esta feria no vendrá nadie de la categoría de Sting.



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