viernes, 26 de agosto de 2016

Donde estabas entonces...: Alan Parsons Project, recuperando el misterio y la imaginación

CONCIERTO ALAN PARSONS, 13-08-1997

Alan Parsons Project, recuperando el misterio y la imaginación

En agosto del 97 recaló por nuestra ciudad Alan Parsons para hacernos disfrutar a los que crecimos con sus míticos discos en aquellos maravillosos años de adolescencia


Contar con escasos trece años y escuchar lo que a finales de los setenta hacía Alan Parsons Project marcó mis preferencias musicales de por vida. Y si a mi amigo Paco Clares y a mí nos dicen, en aquel 1979 en que disfrutábamos embelesados del flamante y recién editado 'Eve' o del misterioso 'Pyramid', que años más tarde íbamos a poder acudir a un concierto de semejante banda en nuestra ciudad, habríamos pensado que se trataba de una broma. Pero casi con veinte años de espera tuvimos la ocasión de disfrutarlo y, lo que es mejor, juntos.
Mucho había llovido desde que aquel joven Parsons empezó su carrera como ayudante en los estudios de la EMI situados en Abbey Road, donde The Beatles grababan su epitafio musical. Poco después, en 'Dark Side of the Moon' fue responsable de llevar a buen puerto las locuras progresivas de unos Pink Floyd en estado de gracia. Inició su propia andadura asociándose con otro genio, Eric Woolfson, y dando forma a su Project. 
Su debut, el mítico y sinfónico disco dedicado a la obra de Poe, marcó mi adolescencia, así como los sonidos adelantados al tecno de algunos temas del 'I Robot', el antiguo Egipto de 'Pyramid' o esas inquietantes mujeres de 'Eve'. Discos conceptuales llenos de maravillosas composiciones, brillantes músicos y un sonido impecable. Con los años no bajó la calidad, pero sí nuestro nivel de asombro, y los siguientes trabajos calaron menos en mi ranking particular de obras maestras. Y así llegamos a ese 'On air' que lo trajo hasta nuestra Almería, una obra con una temática relacionada con la aeronáutica, como ya dejaba bien claro el globo de su portada.
Una cierta incredulidad nos acompañaba de camino al recinto de verano de la Avenida del Mediterráneo. No terminábamos de creer que íbamos a escuchar en directo algunos de esos clásicos que marcaron nuestra adolescencia. Pero allí estábamos, sin perder detalle, intentando adivinar qué músicos le acompañarían, puesto que el Project se caracterizó siempre por la calidad, pero también por la variedad de sus colaboradores. Woolfson ya había abandonado la nave, y había sido reemplazado a nivel compositivo por Ian Bairnson, fantástico guitarrista del Project desde los inicios. También estaba allí el no menos mítico Stuart Elliott en la batería. El propio Parsons presidía el escenario desde una tarima donde tocaba la acústica, el teclado o hacia algunos coros, ya que el protagonismo de Alan siempre estuvo más cerca de la parte técnica —básicamente es ingeniero de sonido—, dejando el virtuosismo en manos de sus acólitos.

Recuerdo nítidamente el tema inicial, nada menos que '(The System of) Dr. Tarr and Professor Fether'. Empezar con algo del 'Tales from mistery and imagination' era un buen augurio. Dejaba claro que no olvidaba las obras de sus inicios, aunque lógicamente dio un repaso a su discografía, hasta ese flamante 'On air', del que cayeron unos cuantos, como la bella 'Blue blue sky' o la triste 'Brother up in heaven', dedicada a un familiar de Bairnson fallecido años antes en la guerra de Irak.
Si no me falla la memoria, sonaron temas como 'I Wouldn't Want To Be Like You', 'Can’t Take It With You', 'Games people play' o 'Time'. Pero su lista de éxitos era tan extensa que tenía que dar cabida a temas como 'Prime time', 'La sagrada familia' o 'Don’t answer me', de discos ya menores pero con más recorrido en las listas de éxitos. 
Recuerdo el momento en que, camino de la barra para coger unas cervezas, empezó a sonar uno de nuestros temas favoritos, el pegadizo 'Psychobabble', y cómo tuvimos que frenar en seco para disfrutar ese tema lo más cerca posible del escenario.
La única decepción de la noche fue la poca contundencia del sonido. Era diáfano pero algo falto de potencia. Aun así, el concierto tuvo momentos álgidos, como ese inicio tan sorprendente o la interpretación del celebérrimo tándem 'Sirius / Eye in the sky', que no por ser radiados hasta la saciedad dejan de tener su encanto. 
Pero sin duda lo más mágico de esa noche fue poder escuchar, de manos y voces de algunos de sus creadores, algunas de esas melodías que cautivaron a dos jóvenes imberbes al final de esa mágica década de los 70, y que les hicieron enfermar de melomanía de por vida.
Gracias a Paco Clares, con quien sigo compartiendo música y amistad, por ayudarme a recordar. Como los buenos discos, los amigos son para disfrutarlos toda la vida.


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