martes, 7 de agosto de 2018

Mis veranos con Donna

Es paradójico y sorprendente que casi al unísono apareciesen dos géneros musicales tan dispares y contrapuestos como el punk y la música disco. Del primero hablaré otro día, pero en estas fechas, quizás por los sudores que provee el calendario, suele apetecerme darme una buena ducha de disco-music. Y si hay una artista que represente este estilo es la gran Donna Summer.
No estaba en su mente convertirse en la primera dama del amor, ya que comenzó su carrera en los musicales y la música melódica. Pero unos avispados productores, Georgio Moroder y Pete Bellotte, transformaron a esa jovencita de color y algo rellenita en una diosa de ébano que hizo suspirar a varias generaciones. En su éxito inicial, aparte de su fabulosa voz, mucho tuvo que ver su sensualidad ya que, tras ser convocada a grabar unos eróticos gemidos destinados al disco de otro artista, la experiencia acabó convirtiéndose en su primer éxito, inundando las discotecas alemanas primero, las europeas más tarde y todo el mundo poco después con su tórrida Love to love you baby.
Sin hacerle demasiada gracia el encasillamiento en el género disco-sexual, no le quedó otra que explotarlo hasta que estuvo mejor posicionada, y sus siguientes discos, A love trilogy y Four seasons of love continuaron tan plagados de momentos de éxtasis vocal que los críticos de la época bromeaban calculando el numero de orgasmos a los que podía llegar la Summer en cada grabación.
Se deshizo del sambenito de ´gemidora oficial' en su precioso disco I remember yesterday, obra maestra del genero discotequero donde, con la ayuda del omnipresente Moroder, transitaba por diferentes estilos musicales, algunos muy jazzisticos, para terminar con otro referente del género, la galáctica y electrónica I feel love, todo un tratado de cómo hacer música de baile de calidad.
Finalizando los setenta y con el género enfilando su declive apareció en 'Por fin ya es viernes' -  film solo aprovechable por su banda sonora -, publicó un directo maravilloso, Live and More, y cerró década con otro gran disco, Bad Girls, que contenía el fabuloso Hot stuff, que algunos piensan se compuso mucho después, pues volvió al número uno años más tarde tras su inclusión en aquella divertida escena de la cola del paro en Full Monty.
Nunca volvió a alcanzar las cotas de popularidad de esta época, pero yo lo achaco a que la música de baile cambió para irse simplificando y vulgarizando a marchas forzadas. Ahora escucho los artificiales temas que fabrica gente como el afamado David Guetta y es cuando más echo de menos aquellos maravillosos veranos con Donna.

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