Siempre pensamos que los noreuropeos son
más avanzados que nosotros, pobres españolitos, pero viendo la serie
noruega Home Ground no me queda tan claro. La trama es
sencilla: una mujer es contratada por primera vez como entrenadora de un equipo
de futbol de la división de honor. No podéis imaginar la que se lía.
Algo así debieron sufrir las pioneras
del rock cuando dieron un paso adelante para liderar sus propias bandas. Ahí
han quedado Joplin, Ronstadt, Benatar o
Debbie Harry, pero casi nadie recuerda a la pequeña Suzi Quatro.
Y todas - menos Janis, lógicamente – le deben algo a este diablillo de Detroit.
La vi por primera vez en la portada de
un single que me prestó mi vecina Mari Lola; gracias a su hermano mayor ella
estaba bien surtida en exquisiteces musicales de las que un mocoso como yo se
aprovechó en la preadolescencia. Puede que fuese su primer y sonado
éxito, Can the can, o la
no menos roquera 48 Crash, temas con los que se convirtió en una
diva del glam rock, pero yo quedé prendado por el encanto que desprendía
aquella chiquilla de ojos azules enfundada en un mono de cuero negro bien ajustado.
Justo finalizando los setenta su
estrella se fue apagando, aunque yo pillé justo el repunte de su dúo con Chris
Norman, Stumblin´ In, una bonita balada que se alejaba del
derroche de energía que su minúscula figura representaba en los escenarios, empuñando
un enorme bajo eléctrico con tanto descaro como McCartney. Uno de sus últimos hits, Rock Hard, lo escuché
mil veces en el 80.
Suzi fue una pionera aunque,
desgraciadamente, no pudo ser profeta en su tierra, y acabó consiguiendo sus
mayores éxitos en Europa –España incluida- y Australia. Quizá no se ha hablado
tanto de ella porque logró zafarse de los típicos daños colaterales del
negocio, las drogas y el alcohol. Y puede que por ese mismo motivo a sus setenta
años se mantenga en forma y con un disco nuevo en el mercado, The Devil
in me, que os aseguro no está nada mal.
Tras ella llegaron cientos de mujeres
que dieron un paso adelante en el rock, y se hicieron fuertes, incluso en
nuestro país. Sin embargo, décadas después, nos sigue faltando una entrenadora
en el Real Madrid o el Barça.
No hay comentarios:
Publicar un comentario